Evocaciones de México y los Andes
Roberto Salazar nos presenta esta exposición que alude a la Evocación, término que significa ‘llamar con la memoria’ o ‘imaginar recuerdos y percepciones’. Evocar también puede referirse a la acción de ‘llamar a los espíritus’.
La obra demuestra que Roberto Salazar es un viajero, un trotamundos que a través del arte cuenta historias fantásticas sobre los ancestros mesoamericanos y andinos. Realiza grabado sobre papel de algodón y amate. Este último es un lienzo hecho con la corteza de un árbol usado en tiempos prehispánicos para plasmar los códices con la palabra sagrada.
Nos muestra a hombres y mujeres unidos al maíz; aves, peces, reptiles y venados; pinta bovinos que se desdoblan en otros animales. Representa el mito de origen, cuando el maíz surgió para alimentar a los hombres; cuando el dios Tlacuache, marsupial americano, se robó el fuego de los dioses para dar calor a los hombres.
También realiza caritas sonrientes, esculturas prehispánicas abundantes en el centro de Veracruz que representan danzantes que bailaban con un fin terapéutico y ritual, en cuyos tocados podemos ver el símbolo Ollin, día calendárico que significa movimiento, transmutación, renovación, terremoto y danza que obligaba a que los humanos cambiaran mes tras mes.
Igualmente, Roberto Salazar regresa al pasado prehispánico y recrea un ritual de sacrificio atestiguado y ejecutado por sacerdotes y por la misma muerte hecha hombre.
En sus viajes por la zona andina recogió imágenes de los abuelos que con frío y hambre esperan el amanecer para rendirle culto al Lago Titicaca. Honra también a los abuelos incas al reproducir los dibujos de Nazca y Machu Pichu, pero les imprime el color que seguramente les quitó la pátina del tiempo.
Roberto Salazar también hace esculturas con barro. Produce tablillas en las que produce máscaras totémicas polícromas con trazos geométricos y aplicaciones metálicas de rostros que sonríen, que soplan el último aliento de vida, que cantan y que callan, porque algunas de ellas representan a la muerte.
Estas piezas de barro tienen la peculiaridad de haberse cocido en temazcal, recinto donde se realiza el baño sagrado y sanador que desde época ancestral se ha practicado en México. Es una pequeña casa de piedra y barro donde los pacientes, a horcajadas, reciben calor de piedras incandescentes y el vapor de plantas medicinales, al son de rezos, música y cantos. Ahí se recrea el vientre materno y se renace sano de las entrañas de la tierra.
Estas piezas de barro se cocieron en medio del ritual sanador presidido por Roberto que, además es chamán, cantor y músico amante del blues y del soul.
Esta exposición representa la dualidad vida-muerte de los mundos andino y mesoamericano; es el ying y el yang que refleja lo que actualmente vivimos en México y América Latina a través de la visión de Roberto Salazar, un artista excepcional y sorprendentemente humilde y generoso.
Sagrario Cruz Carretero
El autor:
Roberto Salazar músico, poética, escultor, pintor y chamán mexicano. Hombre dedicado al arte y la sanación tradicional. Originario de Xalapa, Veracruz, México.
INAUGURACIÓ
Dimecres 11 d’abril a les 19:30 hores.
La BiblioMusiCineteca C/ Vila i vila 76
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