Club de la Tertulia: Amor y Sexo en la Edad Madura. 27 de Enero

En la próximo encuentro del Club de la Tertulia contamos con el reconocido psicólogo y sexólogo  ANTONI BOLINCHES, el cual, después de asistir a su charla sobre el sexo en la adolescencia, se comprometió a venir a nuestra tertulia para hablar y debatir sobre el amor y el sexo en la edad madura.

Antonio Bolinche

A las 18:00 pasaremos la película ¿Y si vivimos todos juntos?, dirigida por Stéphane Robelin.

A las 20 horas iniciaremos la charla-coloquio.

 

 

 

 

EL AMOR NO TIENE EDAD PERO LAS PERSONAS SÍ

Una de las principales ideas-fuerza de mi libro El arte de enamorar es que en cualquier edad de la vida puede surgir el enamoramiento, aunque naturalmente las motivaciones que lo posibilitan cambian con los años. Cuando somos jóvenes la llama del amor sólo requiere la conjunción de dos situaciones, dos necesidades y dos atracciones, por eso es difícil que el primer amor pueda ser el último, ya que estamos eligiendo a la persona más por la experiencia que queremos vivir que por el deseo de establecer una vinculación estable.
Pero a medida que los años pasan, la sexualidad se atempera y las personas maduran ya no se conforman con el atractivo físico de su pareja, sino que intentan elegirla con criterios más racionales y entonces es cuando, además de escuchar al corazón empiezan a escuchar a la cabeza, porque intentan que el enamoramiento se convierta en amor estable. El problema es que esa clase de amor no podemos conseguirlo cuando somos jóvenes, porque para alcanzarlo necesitamos madurar y para madurar necesitamos tiempo y experiencias bien asimiladas. Por tanto, las parejas jóvenes no pueden ser maduras “de entrada” pero pueden madurar con el tiempo, a medida que avanzan en el camino de la convivencia. Por eso, deberíamos diferenciar el enamoramiento del amor.
En el enamoramiento de la juventud predomina la pulsión sexual, pero en el amor de la edad adulta lo que debe predominar es el enriquecimiento recíproco que posibilita la conjunción suficiente en las cuatro variables que permiten el buen funcionamiento de la pareja: buen acoplamiento sexual, caracteres compatibles, escala de valores similar y proyecto de vida convergente. Y eso no es fácil de conseguir porque no es fácil de detectar. Por eso las buenas elecciones amorosas no se hacen en la juventud sino cuando uno ha vivido lo suficiente como para poder tener claro que sólo aprendiendo de los errores del pasado queda en condiciones de hacer buenas elecciones de futuro.
A. Bolinches.

Os esperamos!

La BiblioMusiCineTeca  C/Vila i Vila 76.   M. Paral.lel

 

 

 

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